La Policía rusa detuvo en Krasnodar, en el sur de Rusia, a una pareja de caníbales sospechosa de haberse comido entre siete y 30 personas, con cuyos cuerpos habrían realizado conservas en los últimos 18 años.
Natalia Baksheeva y su esposo Dmitry Baksheev, la pareja arrestada en Rusia por supuestamente haberse comido a 30 personas, cocinaban pasteles de carne humana para venderlos.
Según el periódico Moskovsky Komsomolets, Natalia se ofreció a suministrar carne a una cafetería de la ciudad y buscó trabajo como chef.
El propietario del negocio, Vitaly Yakubenko, dijo al medio local que eso ocurrió en 2010.
De acuerdo al Comité de Instrucción citado por la cadena NTV, hace unos días las fuerzas de seguridad rusas arrestaron a un hombre de 35 años en relación con el hallazgo de un cubo y un paquete con fragmentos diseccionados de un cuerpo femenino.
El descubrimiento tuvo lugar en el territorio de una escuela de aviación de la región de Krasnixar. La detención del sospechoso fue posible después de que un obrero que trabajaba en la carretera encontrara un teléfono móvil con imágenes de trozos de un cuerpo humano Más tarde, según la fuente, fue detenida también la esposa del presunto caníbal. La macabra pareja, según algunas fuentes, operaba en la región desde 1999 y pudo haber cometido múltiples asesinatos.
Según el medio, además de alimentarse con carne humana, los presuntos caníbales preparaban conservas con los restos de sus víctimas.
La noticia que podría ser sacada de una película de terror explotó cuando Dmitry, Un hombre que trabajaba como barrendero perdió su celular en la calle.
El trabajador de carretera Roman Khomyakov encontró un teléfono Samsung. Segundos después se daría cuenta de la verdad espantosa que escondía el pequeño aparato.
Me sorprendí al ver las imágenes del departamento de «la familia caníbal».
«Estábamos trabajando cerca de la calle Gastello, poniendo asfalto en el camino, cuando encontré el teléfono», aseguró Khomyakov, segun informo el Daily Mail. «Abrí el álbum de fotos y sólo miré dos fotos. Al principio ni siquiera entendí lo que había allí, parecía una cabeza y una mano. Pensé que las imágenes eran reales».
En ese momento, Baksheev se acercó en busca del celular que había extraviado. «Perdí mi teléfono», le dijo.
El trabajador reconoció al hombre por las fotografías que acababa de ver. «Así que no devolví el teléfono, dijimos que no sabíamos nada. Se fue. Pronto pasó un carro de la policía en la carretera, y les di el teléfono móvil. Le dije: ‘Es su trabajo, soluciónelo'».
Cuando la policía llegó al apartamento en el que vivía la pareja, el panorama era macabro: restos humanos se encontraban guardados en latas de conserva en el congelador de la casa y al menos 19 rebanadas de piel también se escondían en el lugar.
Además, siete bolsas con partes de cuerpos humanos fueron encontrados en el refrigerador de su casa.
Investigadores estatales han logrado identificar a siete de las víctimas y ahora están tratando de verificar afirmaciones que los inculparían en decenas más de homicidios llevados a cabo desde 1999.
Tras el arresto, Dmitry reconoció haber cometido decenas de asesinatos. Su esposa, Natalia, identificó más de 30 rostros de mujeres desaparecidas en el sur de la Rusia.
«A través de las fotografías, la mujer ha reconocido a más de 30 víctimas que mataron y comieron junto con su marido», dijo una fuente policial.
La pareja vivió por años en terrenos de una academia militar en Krasnodar, dirigida por el Ministerio de Defensa ruso en el que Natalia trabajaba como enfermera.
Vecinos aseguran que la mujer les vendía pasteles para aumentar sus ingresos y se jactaba en cafeterías al asegurar que podía trabajar como chef.
La policía debe buscar ahora donde pudo haber trabajado como chef y si ella trató de ofrecer sus productos allí también”, añadió.
Los investigadores de la Policía rusa creen que la pareja practicó el canibalismo durante unos 20 años y que usaron muchos de los restos de sus víctimas, que conservaban en el refrigerador y en frascos con solución salina, para abastecer a una academia militar cercana y a varios restaurantes próximos.
Conforme al diario local, los vecinos afirmaron que Baksheeva, que había ejercido como enfermera, hizo en varias ocasiones pasteles que vendía a los negocios cercanos para conseguir algunos ingresos extra.
Una vecina les contó a los investigadores que, cuando le preguntó con qué las rellenaba, ella le respondió:
Con lo que me voy encontrando”.
«La gente está temblando al recordar esos intercambios», publicó el diario Moskovsky Komsomolets.
Se sospecha que la mujer les vendía también pasteles a los aprendices militares, incluyendo estudiantes de pilotos que asistían a la academia militar.
De acuerdo con el medio ruso, Natalia se ofreció a suministrar carne en al menos una cafetería de la ciudad y también pidió trabajo como cocinera.
«Fue en 2010», contó Vitaly Yakubenko, propietario de una cafetería. «Ella era muy activa, hizo muchas preguntas, pero principalmente sobre dónde compramos nuestra carne y pescado y qué tan fresco era. Dejó claro que podía suministrarnos carne. Le dije que solo trabajamos con proveedores certificados».
Cuando la policía llegó al apartamento en el que vivía la pareja, el panorama era macabro: restos humanos se encontraban guardados en latas de conserva en el congelador de la casa y al menos 19 rebanadas de piel también se escondían en el lugar.
Natalia también le aseguró que tenía experiencia trabajando como chef. Él se negó a contratarla porque le pareció ‘vulgar’. Ella nunca regresó.
Ahora la policía está intentando descifrar cómo la pareja pudo cometer tantos crímenes inescrupulosos pasando completamente inadvertida durante tantos años.
En la casa de la pareja, dijo una fuente policial, se encontraron teléfonos móviles de sus víctimas, así como videos de recetas para la preparación de carne humana.
Según se informó, Dmitry Baksheev utilizó sitios de citas para reclutar mujeres que él y su esposa mataron y después comieron.
El camino del horror
Lyubov Baksheeva, la segunda esposa de Vladimir, el padre adoptivo de Dmitry aseguró que los padres naturales del presunto caníbal habían sido drogadictos.
Dmitry estaba en un orfanato antes de que Vladimir y su primera esposa lo adoptaran. El joven fue arrestado en varias ocasiones por robo, dijo su madrastra.
«Sabíamos que esta mujer, Natalia, lo influyó de mala manera», aseguró. “La vi tres veces y ella también estaba borracha, agresiva y gritando. Incluso estaban peleando entre ellos”.
Siendo adolescente fue cuando su madre adoptiva, Svetlana, falleció de cáncer y su padre lo echó de la casa siendo aún un menor de edad.
«Antes de irse de la casa, prendió fuego a su habitación», contó su padre. «Fue condenado cuatro veces por robar cosas. Tomó préstamos y dio mi nombre como fiador. Tuve que apagar el teléfono porque los bancos me llamaban. Había tratado de ayudarlo, encontré trabajos para él varias veces, pero ¿qué podía hacer? Es inútil hablar con él. Sus ojos son de cristal. Mira a través de tu cuerpo y no escucha».
Las víctimas del horror
El primer crimen registrado relacionado al canibalismo que cometió la pareja en conjunto fue hace ya casi dos décadas.
«La fecha más temprana de su experimento culinario es del 28 de diciembre de 1999, la fecha en una de las fotografías”, dijo una fuente policial según el Daily Mail. «Podemos ver una cabeza humana cocinada en un gran plato rodeado de mandarinas. Pusieron aceitunas en los ojos y le pusieron un limón en la nariz».
En uno de los contenedores de basura cerca del hogar de la pareja, la cabeza de una mujer pelirroja fue hallada durante la investigación.
La mujer fue identificada como Elena Vashrushev, de 35 años. La mesera, una de las víctimas más recientes de la pareja, vivía cerca del hogar de los Baksheevas.
Se sospecha que fue asesinada en un bosque cercano y que sus restos desmembrados fueron llevados a su casa por Baksheev en un bulto.
Natalia y su esposo Dmitry, siete años menor, se encuentran detenidos en Krasnodar, mientras la investigación de uno de los casos judiciales más inauditos y aterradores de las últimas décadas sigue su curso.